martes, 14 de mayo de 2024

Edadismo y Eurovisión

El edadismo hace referencia a la discriminación sistemática hacia las personas mayores por el hecho de serlo. En el caso de las mujeres, la vejez se percibe con unas connotaciones aún más negativas, marcadas por lo que supone ser ‘vieja’ en una sociedad machista. 

Polémicas con Israel aparte, de eso ya se ha hablado mucho, es sobre edadismo y eurovisión, donde voy a ahondar en el post de hoy. 

Las tres cantantes femeninas con más edad de la edición de Eurovisión de este año (y con mayor me estoy refiriendo a cincuenta y pocos, cuando no 44 como el caso de Moldavia), España, Islandia y la ya nombrada Moldavia, o no pasaron a la final, o como España, que compite en la gala final directamente, ocupó el puesto 22 de 25. El caso más sangrante de los tres es sin duda el de Hera Björk, que con 52 años, ha sido definida como vieja, antigua y pasada de moda desde el momento que fue seleccionada para representar a su país, Islandia. ¿No puede ir a Eurovisión una mujer que es abuela con una canción pop ochentera y alegre? Dejemos para otro post su paso por Eurovisión de 2008 cuando el adjetivo que más le definió fue el de "gorda". Eso sí, el grupo de machirulos de Estonia bien que pasó a la final y nadie comentó nada sobre su aspecto físico y sus canas o principios de alopecia. ¿Doble rasero? Obvio, sí.



Pero los comentarios sobre la edad de Mery de Nebulossa, Hera y Natalia no son nuevos.  En 2013, con 62 años y décadas de carrera a sus espaldas, Bonnie Tyler participó en Eurovisión quedando la 19 de 26. Otra que recibió el adjetivo de "que hace esa señora/vieja en Eurovisión" fue Lisa Angell, representante de Francia en 2015, ¡solo tenía 47 años! Obtuvo 4 puntos y quedó la 25 de 27.

De todos modos, nos tenemos que ir hasta 2000 para encontrar un/a ganador/a de más de 45 años cuando los Olsen Brothers (con 46 y 50 años) ganaron Eurovisión con su tema Fly on the wings of love, que curiosamente acabó triunfando más en su versión eurodance en la voz de la joven Eva Martí (Annia).


Por último decir que el merecido triunfo de Suiza es sin duda justicia poética. Frente al intento de los lobbies de derecha de todo el mundo de demostrar su poder en forma de televoto, ganó la diversidad y Eurovisión volvió a hacer historia, como en 1998 cuando ganó la primera mujer trans, Dana International. El festival volvió a demostrar, a través de la música, ser un ejemplo de tolerancia y visibilidad de colectivos que se salen de la normatividad, dando a Nemo el honor de ser la primera persona no binaria en alzarse con el micrófono de cristal.

lunes, 11 de marzo de 2024

#Melodifestivalen2024, los gemelos Marcus & Martinus representarán a Suecia en Eurovisión

Sin una diva de las que me gustan (léase Loreen, Anna Bergendahl, Dinah Nah, Tone Sekelius o Lina Hedlund) en la final de este año (sí, un año más hemos cumplido con la tradición de verlo), debo reconocer que la canción que más me gustaba de todas era Unforgettable de Marcus & Martinus. Aunque como bien dice el sabio Doctor Ignatus: "Puedes comprar una entrada para la final del Melodifestivalen a ciegas, sin saber quién va a actuar, y no te va a defraudar seguro".

A continuación pongo mis actuaciones favoritas de este año en orden de preferencia, que por cierto es el primer año sin ningún drama en las semifinales. Cosa rara en mí:







sábado, 10 de febrero de 2024

Empoderamiento y feminismo en Eurovisión: La teta no pudo ser, pero la zorra sí representará a España

Hace una semana ya que Nebulossa saliera triunfante del Benidorm Fest. Y hace una semana que en ciertos medios de comunicación, dolidos por el triunfo de una mujer "mayor", empoderada, feminista y defensora de la diversidad, no hablan de otra cosa. Pues sí, señoros y algunas señoras (que por cierto tenéis la misma edad o más que Mery Bas y las mismas operaciones que ella o más), Nebulossa nos va a representar en Eurovisión. Y que sean elles les representantes que van a Malmö significa mucho. Repito, mucho. Una fantasía.

Que en los tiempos que corren, en los que por desgracia cada vez tienen más peso los mensajes de odio a todo lo que se sale de la norma, una mujer de 55 años que era la canguro de su marido (8 años menor que ella), que es peluquera, que lleva solo 6 años haciendo música con Nebulossa (todo autogestionado con el mérito que eso tiene), que no canta ni baila especialmente bien (ni falta que hace porque no todo es cantar a la perfección); y que la última intervención que hizo antes de ganar el concurso fuera hablando en femenino (conscientemente y sabiendo lo que hacía) y que su primera intervención tras ganar el festival incluyera un "todes" en sus agradecimientos, es simplemente maravilloso. Y una prueba (igual que el odio que se ha levantado a su persona tras su triunfo) de que tenemos que seguir dejándonos ver (orgullosas), empoderándonos de los insultos (como hemos hecho siempre) y de seguir demostrando que el feminismo que incluye a todas las personas (no esos feminismos excluyentes de los que se enorgullen algunas) es el camino. 

Así, tras el paso de Eva Santamaría por Eurovisión en 1993 (que se atrevió a llamar a todos los hombres egoístas y machistas) y el intento de Rigoberta Bandini (que abrió el camino a Nebulossa con el miedo pánico que provocaron sus tetas), volvemos a llevar un mensaje feminista a Eurovisión. Suerte Nebulossa. Todas las personas que alguna vez en nuestra vida nos hemos apropiado de esos insultos que nos gritaban cuando muchas veces no sabíamos ni qué significaban (léase puta, zorra, maricón, bollera...), estamos contigo. 

Y dicho esto, y antes de hacer un breve repaso a las actuaciones que más me gustaron del Benidorm Fest de este año, decir una última cosa sobre la elección de Zorra. Bueno más bien es una reflexión para esas personas que dicen que la canción está bien pero que para cantar con niños (obvio no se les ocurre decir niños y niñas o niñes o criaturas o peques) no es. A ver cariñas, ¿cantar con niñes Zorra es mal porque la letra dice zorra (con el juego que da para hablar del uso machista que hacemos del lenguaje, de la variedad de significados que puede tener una única palabra, de bullying, etc.) pero llevar a nuestres hijes a un concierto de Quevedo y ponerles todo el reguetón sin pararnos a cuestionarnos si las letras que cantan son o no apropiadas es bien? Ahí lo dejo.

Del Benidorm Fest de este año me quedo, además de con Nebulossa, con Sofia Coll (el descubrimiento de esta edición) y Miss Cafeína (su Bla Bla Bla y la puesta en escena que hicieron del mismo me pareció impecable). También me gusta mucho el tema de Mantra (no su puesta en escena, al Benidorm Fest no puedes ir como si fueras a la gala Murcia que hermosa eres) y Marlena. Y decir, por último, que la puesta en escena de St. Pedro me horrorizó. ¿Era necesario acompañar el bolero íntimo con cuatro bailarinas al más puro estilo Esta noche Cruzamos el Mississippi? De Jorge González, simplemente voy a decir, next.

viernes, 22 de diciembre de 2023

Homenaje a una de las mejores artistas de nuestro país, Concha Velasco

Hace ya unos días que nos dejo Concha Velasco (para mi madre Conchita Velasco), pero no quería terminar el año sin hacerle un hueco en este mi Corrillo. Y es que como publicaba mi amiga Supremme de Luxe el otro día en su Instagram, "a pesar de no conocerla, siento que se ha ido alguien muy cercano a mí". Y añado, y sé qué Supremme está conmigo, se ha ido una de las mejores actrices de nuestro país. Además, igual que homenajeé a María Teresa Campos y a María Jiménez, tenía que hacerlo con la vallisoletana. 
Es curioso que debido a mi madre, que no le tenía mucho cariño a la Conchita (lo típico que una persona te entra o no te entra sin ningún motivo de peso), durante mi niñez sabía quien era Concha Velasco (ojeaba todos los fines de semanas la revista Teleindiscreta y la revista Pronto en casa de mis abueluchos), pero apenas seguía su carrera. Por no ver, no veía ni Sorpresa, sorpresa (aunque si conozco el famoso caso de la mermelada y Ricky Martín que Concha gestionó divinamente). Sin embargo, Concha fue conquistándome poco a poco, pronto me di cuenta que ella era una de esas mujeres, como también lo fueron las nombradas María Teresa Campos y María Jimenez, que siempre luchaban por hacer lo que más les apasionaba, su trabajo en un mundo de machirulos. Y como en el caso de María Jiménez, con doble mérito con el acompañante amoroso (si se les puede llamar así a Paco Marsó) con el que le tocó lidiar. El día que la vi hablar del tema, no recuerdo si fue en Aquí hay tomate o en otro programa de la época,  y decir que a lo único que estaba enganchada en ese momento era a las pipas lo entendí y comencé a amarla.

Dejando su vida personal a un lado, esa que contaba siempre con ese toque de humor que hace que las desgracias parezcan menos (y que yo me he apropiado), como cuando contó el desgraciado accidente de su perro con un ascensor y un guante, Concha es y será una de las mejores artistas que nos ha dado este país. Tan pronto presentaba (Querida Concha, Sorpresa, sorpresa o Cine de Barrio, que condujo hasta 2020), que hacía series (la recuerdo en Compañeros, Hospital Central, Gran Hotel o Las chicas del cable, donde fue descubierta por el público más joven). Pero si algo amaba era el teatro. ¡Cómo agradezco haberla podido ver en obras como La vida por delante, Concha, yo lo que quiero es bailar, Olivia y Eugenio o Reina Juana (simplemente su papel en esta obra era de otro mundo. ¡Espectacular!). Y como bien temí cuando decidí no acudir a la función de La habitación de María en el teatro Gayarre, hay veces que no se puede estar en dos sitios a la vez: aquella podría ser la última vez que podría ver a Concha en directo. Y así fue. DEP Concha, al final conquistaste no solo el corazón de Supremme y del Comando Sajen (Sergio, Cris y yo), también el corazón de mi madre, y es que además de ser una de las mejores actrices de este país, te hacías querer.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Carlos Salinas nos invita a dejarnos llevar en una sandía gigante

"Voy a comprar el nuevo CD de Carlos Salinas. ¿Quieres que pida también uno para ti?", me dijo Serchtiki hace ya unas semanas. No dude. Es verdad que últimamente le tenía la pista un poco perdida, pero Carlos Salinas es mi voz masculina favorita del mundo mundial. Pues bien, hacía tiempo que no escuchaba un CD entero (¿alguien hace discos enteros ya?) tan bonico.
 

Viaje en una sandía gigante, se nota que está hecho con el corazón. Que es un trabajo que le ha salido de dentro. Disfrutándolo (y doliéndolo a partes iguales). Sin prisas. Sin miedos. Sin presiones por el que dirán. Con la seguridad que te dan los treinta y pico años de vivir las cosas intensamente y, además, de mostrarlas tal como las sientes, porque a estas alturas de la vida ya te da igual lo que opinen los demás (que está de más) y lo que sientes lo sientes incluso con más intensidad que cuando tenías veinte y no sabías de que va la vida, o no sabías que ciertas cosicas no se sienten todos los días y que es una suerte poder volver a vivirlas. Por lo que cuando llegan, si es que llegan, hay que montarse en la colchoneta y dejarse llevar.

El viaje en el flotador para dos está mimado al milímetro, desde la imagen del CD, que es preciosa, pasando por los detallicos (en forma de púa, collar y chapa), y hasta el sonido, que escapa del cantautor de sus comienzos para juguetear con un sonido más electrónico (y elegante a la vez) al más puro estilo evolución de Zahara (si se me permiten las comparaciones). Eso sí, sin perder la esencia Salinas en ningún momento.


El disco contiene diez canciones que están separadas en tres actos y un epilogo. Las canciones están marcadas por un estilo pop electrónico donde el synthwave (género de música electrónica influenciado por las bandas sonoras de películas, música y videojuegos de los años ochenta) está muy presente. Al menos en los dos primeros actos. El disco se despide dejando a un lado la electrónica para dar paso a la simpleza de una guitarra o de un piano, con canciones menos festivaleras, pero más emocionales. 

Todas las canciones están compuestas por el propio Carlos Salinas excepto Mi mente vuela y Quise bailar donde también participó Frank Gaz y Millón de colores que está compuesta por Jake Boncutio, quien además ha sido el productor de las primeras siete canciones. La producción de las tres últimas corre a cargo de Edu del Val. César Otero se ha encargado de la imagen.

jueves, 14 de septiembre de 2023

#NoquiHomenaje a dos grandes, María Teresa Campos y María Jiménez

Se qué, como siempre, voy con retraso, pero mientras escucho el disco de María Jiménez Jiménez canta Jiménez, voy a hacerles el homenaje que merecen tanto a ella como a María Teresa Campos. No hacerlo no tendría sentido cuando este mi blog se llama El corrillo de Noqui Sobadito en honor a la periodista malageña.

Debo reconocer que hasta la muerte de María Teresa Campos no me había parado a analizar con detenimiento lo que supuso la Campos en una España gris donde, menos unas pocas, la mujer seguía en casa dedicándose a los cuidados y la crianza. Y es que Mari Tere, fue una de las primeras mujeres en triunfar en radio y televisión, y la primera en ponerse al mando de un programa matinal. Así como una de las primeras mujeres en intentar ser diputada en 1977. Tenía defectos, sí, como todes. Pero gracias a muchas como ella, que no dudó en apostar por su trabajo y pasar menos tiempo en la crianza de sus hijas que la que le hubiera gustado, fue un referente para otras mujeres que apostaron por no abandonar sus carreras laborales cuando contraían matrimonio (o que simplemente querían trabajar); y por qué no decirlo, de la conciliación por la que tanto seguimos luchando hoy en día. Gracias por el camino abierto y por los momentos televisivos que nos has regalado siempre. Nunca dudaste que la televisión es información, pero también entretenimiento, cultura y show. GRACIAS.

Y que decir de María Jiménez... (Amiga Mar, siempre que pienso en ella me acuerdo de ti, y eso siempre es bien). María era muy grande. Divertida y deslenguada (si yo también recuerdo apariciones televisivas suyas que han pasado a la historia de la televisión; incluido el día que se montó en una apisonadora y se puso a aplastar CDS piratas o cuando participó en Aventura en África; una especia de Supervivientes que emitió Antena 3 allá por 2004); pero sobre todo María Jiménez era CANTANTE. Sí, como dijo ayer Pablo (vocalista de Leticia con Z) en su Instagram, dejemos de compartir solo los vídeos más polémicos y/o divertidos de María (que a mí también es al primero que le encantan), y demos un paso más y homenajéamosle escuchando su música (porque entiendo que comprar CDs o vinilos ya solo lo hacemos unos pocos raros). Y por supuesto, no olvidemos que si María Teresa fue un referente para las mujeres trabajadoras (eso sí viniendo de una familia acomodada no como María), la Jiménez fue un referente para las mujeres maltratadas. Cuando en España los "problemas de pareja" se solucionaban "en la intimidad del hogar" y los términos violencia de género o violencia contra las mujeres eran todavía un abismo; María con todo su coño (con el mismo que ella misma decía que cantaba) y poniendo en riesgo su carrera, denunció al que era su marido, el actor Pepe Sancho. GRACIAS María por levantarte de cada palo que te dio la vida con tanta energía, los que amamos la música (vuelvo a parafrasear a Pablo) te seguiremos escuchando y recordándote dentro de ese vestido de pavo real que soñaste una noche y (con todo tu coño, una vez más) hiciste realidad, ya que muchos no veían claro semejante ocurrencia. Me quedo, eso sí, con la espinita de no haberte podido ver nunca en directo. #EternaMaría

martes, 1 de agosto de 2023

#ElNiñoQueNoFui, el libro LGTBIQ+ que luzco con orgullo este verano

Los, las y les que me conocéis sabéis que siempre que voy a Madrid hago una parada obligada en mi librería de culto, Berkana. La primera librería especializada en cultura LGTBIQ+ de España y Latinoamérica y que este año cumple 30 años (motivo por el que me regalaron una bolsa de tela en mi última visita, bolsa que mi madre pasea con ORGULLO cuando va del pueblo a casa y de casa al pueblo). 

Así, en mi último viaje a Madrid fui con la idea de comprar Corres como una niña de David Guerrero (que había conocido en una charla en Pamplona hace unos meses) con la idea de regalárselo a mi hermana (amante de los deportes y con un par de dedos de frente y empatía más que Ana Peleteiro). Corres como una niña. El género y la diversidad LGTBI en el deporte nos propone un viaje por el presente y el pasado de la realidad de las mujeres y el colectivo LGTBI en el deporte. 

El caso es que no quedaba ningún ejemplar del libro de Guerrero, por lo que decidí esperar a comprarlo la próxima vez que vaya a Madrid, y llevarme El niño que no fui. Infancia, adolescencia y adultez LGTB de Daniel Valero (Tigrillo), que había estado apunto de comprarme las últimas ¿dos? ¿tres? visitas a Berkana, pero siempre acababa priorizando otro (como por ejemplo El feminismo queer es para todo el mundo de Gracia Trujillo Barbadillo, que todavía no me he terminado, pero que, os adelanto que, en los tiempos que nos está tocando vivir, todes deberíamos leer: ya que en el feminismo cabemos todes, si no no es feminismo).
Pues bien, hacía tiempo que no me apasionaba tanto con un libro (apasionamiento que por cierto coincide en tiempo y forma con mi fanatismo adolescente por la serie Heartstopper que todavía no había visto, pero esto lo dejamos para otro post). Y sí, obvio es porque me siento muy identificado con lo que narra Daniel Valero y que, por otra parte, alguien tenía que contar. Y es de admirar, ya que no es fácil mostrar hasta tus entrañas, y a al mismo tiempo contextualizarlo con la historia y conceptos LGTBI+ y encima hacerlo de manera entretenida y con toques de humor. Tigrillo, chique, chapó. Olé tú. Y es que como dice Daniel Valero, El niño que no fui es esa persona que todo el mundo esperaba que fuese (él y yo y otres tantas como nosotres). Ese niño normativo ajustado a las expectativas de un mundo que ya tenía pensado cómo debía ser por el mero hecho de haber nacido con un determinado cuerpo en una determinada sociedad y que me atrevo a decir que no somos (ni queremos ser ninguno de las dos); pero a los que nos señalaban cuando ni siquiera nos habíamos planteado estas cuestiones. 

El libro trata sobre "una vivencia bastante común entre las personas que pertenecemos al colectivo LGTB y es que muchas de nosotras vivimos nuestras infancias y adolescencias a la sombra de los niños y niñas que no fuimos". El libro es un viaje acerca de relaciones familiares y sociales en una vida queer. De supervivencia contra la LGTBfobia. Y un intento de responder algunas preguntas:¿Cómo nos ha afectado a los adultos LGTB que somos no haber sido los niños que se esperaba que fuéramos? ¿Qué me habría gustado saber cuando era un adolescente que comenzaba a descubrir su orientación sexual y su forma de expresarse? ¿Qué podríamos hacer saber a niños, padres/madres y a toda la sociedad para cambiar, poco a poco, la vida de miles de personas LGTB? Un libro que seguiré paseando con mucho ORGULLO por las playas del Mediterráneo hasta que lo termine en mis próximas vacaciones. 

Y aprovechando que me he puesto a hablar de literatura, algo que no hago habitualmente, voy a recomendar otro libro, pero que esta vez no compré yo, sino Serchtiki (obvio también en Berkana), Tránsito violeta de Esther Freire. Un libro sencillo que habla sobre la vida de las personas transexuales, sobre amor, sobre la familia que te toca y la que eliges, sobre feminismo... y que gracias a la estructura de sus capítulos: cortos, breves y directos, te lo lees de una sentada porque simplemente, te atrapa y quieres ser del grupo de amigues de Violeta.
Por cierto, Angelita la Perversa te prometo que en cuanto termine El niño que no fui me pongo con tu Mantis religiosa. Ya sabes, lo bueno se hace esperar y todavía queda mucho verano.