Quien me conoce sabe de mi adoración por Las Hijas del Sol. Las descubrí con Ay corazón. Sí, hubo un tiempo donde en los 40 principales dos africanas (Piruchi, tía, y Paloma, sobrina) podían ser número uno sin necesidad de dejar a un lado sus raíces y sus orígenes. Desde entonces les fui fieles. Mi amiga Raquel tuvo que acompañarme después de un examen a comprar su último disco, Vivir esta locura (2004), sin almorzar ni nada porque lo necesitaba ya de ya.
Total que, como decía, trasteando por las nominaciones de los premios me topé con Paloma del Sol. Y una Paloma con "del Sol" acompañando su nombre no podía ser otra que la sobrina de Piruchi; una de las dos Hijas del Sol, a las cuales había perdido la vista hacía tiempo, sea dicho de paso.
Me puse a trastear y descubrí que Paloma estaba promocionando Sueño contigo. La escuché y descubrí que Paloma no había perdido la esencia de las hijas del sol: sonidos étnicos y de su tierra, mezclados con pop y con todo lo que le apetece de forma magistral y todo combinado con una letra sencilla como piropo calificativo. Es decir, sencilla pero con miga detrás: con fondo y del que llega. Gracias Paloma, tú junto al concierto de Rocío Saiz el viernes en el Txintxarri de Pamplona habéis sido mi salvavidas de la semana pasada. Larga vida a Rocío Saiz. Larga Vida a Andrea Santiago. Larga vida a Paloma del Sol.
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