domingo, 5 de febrero de 2023

#Eurovisión: Blanca Paloma y su nana invocadora ya vuelan camino a Liverpool

 Llevo todo el día pensando sí hacer una entrada sobre el Benidorm Fest o no. Y, aunque no me va a quedar un post tan largo como el del año pasado, ni tan profesional y a nadie le interese lo que yo opine o deje de opinar, aquí va.

Antes de nada decir que el Benidorm Fest es el festival que nos merecemos. Sí, es. Cambiaría alguna cosa, también. Pero es que me dicen hace tres años que España iba a tener una preselección así, y me da una carcajada. Así que, larga vida al Benidorm Fest. 


Y relativo a la elección de Blanca Paloma... ¿Merece ir? Sí. ¿Prefería que fuera otra persona? También. Es decir, reconozco la fuerza de Blanca Paloma en directo. Reconozco que tiene una puesta en escena impactante, y reconozco que probablemente era la mejor opción, la más made in Spain, la que tenía más esencia. Pero prefería otras opciones, porque los gustos personales son así. Y Noqui Sobadito se deja llevar por el corazón. Siempre.

Partimos de que les ocho candidates de la final (que por cierto eran les ocho que merecían llegar a la final) tenían algo que les diferenciaba del resto y que fue un gusto verles, a todes. Les ocho eran dignes candidates a representar a España en Eurovisión. 

Dicho esto, Vicco era mi favorita (¡Qué guay verla disfrutar así en la final!). Y en "la batalla" Agoney versus Blanca Paloma que se creó (aunque estaba más que claro quién de los dos la ganaba), yo iba con el canario. ¿Por qué? Fácil: el mensaje de su canción me representa, a mi y al colectivo LGTBI+ y era el artista que más mérito vocal tenía de todos. Además de una puesta en escena muy muy currada. Pero ganó la nana invocadora de Blanca Paloma y es justo. Así que, una vez más, larga vida al Benidorm Fest (a poder ser sin el programa indigesto previo a la gala, por favor).

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