En pleno confinamiento os hablé, en este mi humilde blog, sobre El mundo entero. Un cortometraje que, por cierto, no he podido evitar ver de nuevo antes de escribir este post... y me he vuelto a emocionar. Juli, como ya dije la otra vez, gracias por tratar el tema de la homofobia y la visibilidad LGTBIQ+ (incluido el reconocimiento a nuestrxs predecesorxs que tanto lucharon y que nos abrieron el camino) de un modo tan bonito y positivo.
Pues bien, hoy os quiero hablar del libro del creador de La Chary, Julián Quintanilla, La vida entera. Y es que la historia de La Chary y de su hijo (el propio Julián) tenía que seguir siendo contada. ¡Y de qué forma! De verdad, hacía tiempo que no me enganchaba tanto un libro: fácil de leer, los capítulos estructurados de manera magistral, repletos de vocablos y dichos extremeños que yo no había oído nunca y son totales, con una descripción de Badajoz que me han entrado unas ganas locas de visitarlo cuando no estemos perimetradas vivas. Y sobre todo, es la historia de dos luchadoras: de La Chary, por ser una echá pa lante cuando lo tenía todo en su contra, y la de su hijo, otro valiente que supo ser él mismo en una sociedad compleja (pese a tener a La Chary de madre, que eso siempre es un plus) y buscar la respuesta a sus miedos pese a quien le pese. De verdad, hacen falta más historias y más gente así. GRACIAS.
Y como ya acabé la otra vez... "Y una cosa más te voy a decir y que se entere el mundo entero. En esta puta vida y para dos días que vamos a vivir, que cada uno se coma lo que quiera mientras no moleste a nadie, ¿estamos? #AMÉN