La semana pasada gracias a las jornadas Miradas VIHvas organizadas por el Ayuntamiento de Pamplona, la Comisión Ciudadana Anti Sida de Navarra y la Coordinadora Estatal de VIH y Sida pude ver en los cines Golem La Puerta abierta. Película que curiosamente queríamos ver cuando se estrenó semanas antes, pero que a Pamplona no había llegado hasta que se incluyó en estas jornadas.
Pues bien, La puerta abierta es un peliculón de los que me gustan a mí. Cine humilde y social que cuenta cosas reales que podrían pasarnos a cualquiera (o a tu vecino o vecina), con miles de detalles en cada uno de sus diálogos y escenas, y unos personajes a los que se les quiere hagan lo que hagan, con sus virtudes y defectos, o al menos se les intenta comprender que no es poco.
La directora y guionista de la película es Marina Seresesky y en el reparto, encabezado por una Carmen Machi sobresaliente, destacan también Terele Pávez, Asier Etxeandia, Paco Tous, Yoima Valdés, Monika Kowalska, Sonia Almarcha, Hugo Ndiaye o Lucía Balas entre otros/as.
La sinopsis de Filmaffinity dice lo siguiente: Rosa es prostituta, heredó el oficio de Antonia, su madre, quien ahora se cree Sara Montiel y convierte su vida cotidiana en un infierno. Rosa no sabe ser feliz. No puede. Pero la llegada inesperada de un nuevo integrante a su particular (y absurda) familia le dará una oportunidad única para lograrlo.
