El viernes Sálvame, el programa que ha revolucionado la manera de hacer televisión, cerró sus puertas. Y yo quería darles las gracias. Es verdad que no eran perfectos. Como las buenas familias, tampoco quisieron serlo nunca. Es verdad que muchas veces me enfadaba con ellxs por como trataban a algunxs invitadxs o colaboradores (léase por ejemplo Paz Padilla con Yurena o el programa en general con Karmele Marchante). Es verdad que algunas veces se pasaron de sensacionalismo y no todo vale en televisión. Esos días reconozco que apagaba la tele. Pero en general Sálvame estaba ahí para acompañarte el rato de siesta, para hacerte compañía ese día que estás enfermo y no tienes ni fuerzas para poner una serie de Netflix o simplemente la vida te está dando uno de esos reveses (que suele dar de vez en cuando con la mano bien abierta) y te pasas la tarde tirada en el sofá con el Sálvame de fondo.
Y es que el programa de La Fábrica de la Tele, pese a los y las detractoras que ha tenido siempre, ha hecho una gran labor social. Siempre. Eso, aunque les joda a muchos/as, es innegable. Espero que muy pronto esas personas (mayores y no tan mayores) que se sentían un poco menos solas cuando conectaban con el programa de Jorge Javier (y el resto de presentadorxs y colaboradorxs) vuelvan a merendar acompañadas (yogures o lo que les apetezca). Mismo deseo para esas personas que están pasando una enfermedad (o la de un familiar cercano) y conectaban con el programa para al menos evadirse un rato de todo. Gracias Sálvame por estar ahí siempre.
Para terminar, os dejo con algunos momentos del programa (digo algunos y no favoritos porque conseguir un vídeo decente de Sálvame en internet siempre ha sido algo complicado). Por cierto, a ver qué programa va a pasar del 10% de audiencia en las tardes de Telecinco ahora. Las telenovelas y los concursos de antes del informativo, no.
Y para los/as decidieron que era buena idea quitar Sálvame:
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