Desde hace unas semanas hay dos anuncios que, como diría la gran Esperanza Gracia, me atormentan, me inquietan y me perturban. Estos son el de Avon de Chenoa (parece que se le ha metido una pajita en el ojo y que le ha copiado el moño a Miss Ibiza: Lety Hilton de #QQCCMH) y el otro es el de Redupeso de Terelu. Aunque el de Avon da para una tesis doctoral de cómo no vender tu producto, me centraré en el de la hija de la Campos.
En publicidad es muy común contratar como gancho para anunciar ciertos productos a famosos. Sin embargo, uno de los peligros es que el personaje pueda acabar siendo perjudicial para la marca debido a un escándalo, unas declaraciones inoportunas o porque justamente hace lo contrario a lo que anuncia. Y este último caso es el que tenemos entre manos. ¿Cómo se le ocurre a Redupeso contratar a una persona que en el programa en el que colabora (a veces incluso mal presenta) estaba intentando adelgazar con la ayuda de expertos (entrenador personal, etc.) y lo más que ha conseguido es no engordar? Y no sólo eso, encima nos pide que la creamos y a la vez anuncia con su mamá sopitas Gallina Blanca de Avecrem (en su versión no ligth). ¿Redupeso funciona igual mezclada con sopita?
Reconozco que Terelu es una persona con la que se identifican mucho las mujeres a las que va dirigido Redupeso y que, además, se conserva estupendamente, ¿pero no era mejor confiar en Carmen Bazán que si que adelgazó en Sálvame? (la exgorda Rosa de España ya está muy vista en este tipo de anuncios).
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