lunes, 5 de marzo de 2018

Pesadilla By Nerea Garmendia


Hoy quiero dejar a un lado la música, el teatro y todas esas cosicas que tanto me gustan, y dar voz a esas personas que un día apostaron por emprender, confiaron en la marca By Nerea Garmendia y se encontraron... con lo que describen a continuación y que la revista Interviú y Economía Digital se han atrevido a contar:



Hace unos meses el director de una obra de teatro decía que la gente se sentía identificada con su obra porque todxs hemos sido estafadxs alguna vez. Pues bien, ahora que ha pasado un tiempo prudencial podemos decir que así nos hemos sentido la mayoría de personas que apostamos por abrir una franquicia de By Nerea Garmendia. Franquicia o como decía la propia Nerea Garmendia (actriz conocida por aparecer en Vaya Semanita, Los Hombres de Paco o recientemente en Allí abajo y pareja del también actor Jesús Olmedo) “su pequeña familia”. Curiosa definición después de todo lo que hemos tenido que vivir y soportar durante los meses, en algunos casos años, que ha durado nuestra aventura textil. Aventura que todxs iniciamos con muchas ganas e ilusión pero que poco a poco nos fuimos dando cuenta de que no era lo que habíamos firmado en el contrato de franquicia By Nerea Garmendia, y mucho menos lo que la propia Nerea Garmendia nos prometió y vendió.

Si en el mejor de los casos, tras hacernos cargo de TODOS los gastos para la puesta apunto de la tienda (mobiliario, equipos informáticos, ropa, etc.), las tiendas funcionaron medianamente bien el primer mes, poco a poco empezamos a observar que algo no iba como tenía que ir. Sobre todo, cuando la empresa que se supone tenía una estructura mínima de funcionamiento se quedó sin la única trabajadora que tenía y sin la persona que hacía los diseños. Definitivamente todo se vino abajo: los pedidos llegaban tarde y mal, de las facturas mejor no hablamos, las colecciones eran escasas y de baja calidad y lo que llegaba en la mayoría de los casos era ropa sin mensajes (lo que supuestamente diferenciaba a la marca), de procedencia dudosa, a destiempo, etc.

Fue entonces cuando comenzamos a descubrir el pastel: que el precio por el canon de entrada que pagamos cada tienda era distinto en cada caso, que la ropa que supuestamente procedía de un proveedor español realmente provenía de una página web de Bangladés o de los chinos de Cobo Calleja (Fuenlabrada) y que para que nadie se diera cuenta de ello la propia Nerea cortaba las etiquetas de composición y procedencia para luego poner “Hecho en España” con la máquina de estampación que usa para poner los mensajes de las camisetas, algunos de ellos, por cierto, de procedencia creativa algo sospechosa, etc.

Pero no solo eso, también descubrimos que a muchas tiendas que pedimos datos económicos de otras tiendas y/o empresa antes de abrir la tienda, nos facilitó datos adulterados e incluso nos aseguró que una de las tiendas que estaba cerrada no era realmente una franquicia, sino una especie de tienda prueba para saber que productos funcionaban y cuales no. Además, pronto descubrimos también que en las tiendas chinas de nuestro alrededor vendían la misma ropa que nosotrxs, solo que a un precio mucho inferior al nuestro (muchas veces la mitad) debido a que a nosotrxs nos vendía la ropa a un precio superior al que ella lo compraba. Asimismo, en ocasiones nos vendía ropa procedente de outlets de otras marcas que incluía prendas de varias temporadas anteriores y que nosotrxs teníamos que vender como nueva temporada. En definitiva, nos veíamos obligadxs a vender ropa del chino a precio de Boutique.

Ante este panorama, funcionábamos como una tienda multimarca (solo que sin poder elegir nosotrxs las marcas que queríamos vender, los precios de venta, cuando adquirir las prendas…) cuando lo que abrimos se supone era una tienda de una marca MADE IN SPAIN con prendas con diseños ÚNICOS, la mayoría de tiendas hemos tenido que cerrar o abrir una tienda multimarca nueva. Pero no sólo eso, hemos perdido todos nuestros ahorros y además tenemos que afrontar el pago de las deudas y los créditos que el negocio nos ha dejado, sin contar que tenemos que seguir dando de comer a nuestras familias e hijxs, pagar nuestras hipotecas, buscar un empleo nuevo sin tener derecho a paro, etc.

Somos concientes que cuando emprendes un negocio puede funcionar o no. Pero en nuestro caso, era la crónica de una muerte anunciada debido a una mala gestión que no dependía de nosotrxs, y a las falsas promesas, incumplimientos de contrato y mentiras que hemos tenido que soportar desde el inicio. Con este escrito simplemente queremos dar a conocer nuestra historia: la pesadilla que hemos tenido que vivir durante estos largos meses; dar las gracias a Economía digital y la revista Interviú por darnos espacio en sus medios y hacer visible nuestra denuncia y sobre todo pedir disculpas a todxs lxs clientes que se hayan podido sentir engañadxs cuando compraron en nuestras tiendas. Nosotrxs hemos sido los primeros engañadxs.

Es probable que alguien no comparta nuestra opinión sobre lo ocurrido, pero ésta es la nuestra, la de algunxs que hemos vivido en primera persona y día a día como el negocio al que tanta ilusión le habíamos puesto se venía abajo sin poder ponerle solución y encima aguantando en algunas veces el acoso y el derribo de la propia Nerea, que en ocasiones se ha presentado en nuestras tiendas con tono amenazante.

Por último os pedimos que por favor difundáis este texto para que nadie más pase por lo que hemos pasado nosotrxs y las personas que compran esta marca puedan saber que es lo que están adquiriendo. GRACIAS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario